EL
CAFÉ
Hay
tres productos gastronómicos que se introdujeron casi simultáneamente en la
cultura occidental, son el café, el té y el cacao. Los tres han pasado a formar
parte de nuestra vida cotidiana y ahora sería difícil imaginar un mundo sin café,
ni té, ni chocolate.
Però
quizás de los tres, el más extendido y el más consumido en todo el mundo, es el
café, incluso hemos creado establecimientos con su nombre para poder disfrutar
y reunirnos alrededor de una taza de este brebaje. El café lo tomamos a todas
horas y nos invita a la reunión, a la complicidad y la tertulia, de tal forma
que en los últimos siglos, muchas obras de arte, de la literatura y de la música
junto con grandes decisiones sociales y políticas han sido concebidas en estos
espacios llamados cafés. Establecimientos como el café Gijón de Madrid, el café
Central de Viena, el café Slavia de Praga, en París el café Flore o Le Select,
en Venecia el café Florian o Quadri, el café Tortoni de Buenos Aires y en
Barcelona los Quatre Gats, el café de la Ópera o el añorado café Zurich, son sólo
una pequeña muestra de los muchos célebres establecimientos donde se ha escrito
una parte de nuestra historia.
Hay muchas leyendas sobre los orígenes del café, una de ellas es una historia
de amor entre un joven y una princesa, en la que el joven descubre el café y le
sirve como regalo para convencer al terrible rey, padre de la chica, que como
es natural se oponía a la relación entre ellos dos.
Otra
nos habla del profeta Mahoma, a quien Alá, mediante el arcángel Gabriel le llevó
el café para rehacerlo y animarle, una vez que estaba enfermo. Incluso, le ayudó
a recuperar la fuerza viril.
La
tercera leyenda habla de un pastor de cabras de Abisinia, llamado Kaldi, que
observó que los animales cuando comían frutos de un determinado arbusto estaban
más alborotados. Él mismo probó estos frutos y sintió el mismo efecto, encontrándose
más energético y dinámico.
Lo
que si sabemos es que se han encontrado semillas de café del año 800 a. d.C. y
parece ser que el origen de esta planta se puede situar en Abisinia, en la zona
donde hoy en día encontramos Etiopía. El procedimiento de tostar las semillas
no se sabe cuándo, ni dónde empezó, ya que en un principio parece que se comían
las semillas maduras o se trituraban y se conseguia una pasta muy nutritiva.
Seguramente alguien atraído por el olor de entonces quemándose accidentalmente,
debío empezar a probar de cocerlas o asarlas y buscar otras maneras de
"cocinar" estas semillas tan energéticas.
El consumo de café fue creciendo poco a poco, alrededor del año 1100 comenzaron
a aparecer las primeras plantaciones en la península arábica, y lentamente se
fue creando un comercio basado en el monopolio que prohibía la venta de
cualquier semilla de café que no hubiera sido tostada previamente. Pero a pesar
de todo, su consumo fue perseguido en varias ocasiones en Arabia mismo y en
Constantinopla, entre otros lugares. De todas formas el café tostado se fue
extendiendo hacia África, Asia y llegando a Europa a través del puerto de
Venecia en el siglo XVI.
En
un principio, en Europa, el café fue considerado una bebida pecaminosa y herética
que provenía de Satanás, hubo muchos intentos de prohibirla pero el papa
Clemente VII probó el brebaje y lo encontró tan bueno, que decidió que sería
injusto dejar una bebida tan buena sólo para los infieles, así que bendijo el
agua con que se hacía el café, lo bautizó y lo convirtió en una bebida
totalmente cristiana.
Con el tiempo salieron de Arabia las primeras semillas sin tostar y el año 1706
la planta de café llegó al jardín botánico de Amsterdam, proveniente de Ceilán
donde los holandeses ya lo cultivaban. De allí pasó a otros países de
Europa entre ellos Francia que, después de muchos intentos, logró llevar la
planta a América en el año 1723. Esto lo logró un joven capitán de la marina
llamado Gabriel de Clieu, que después de pasar por muchas aventuras, y
compartiendo con la planta su mínima ración de agua durante la travesía, logró
plantarla y hacerla crecer en su finca de la Martinica. En pocos años, a partir
de la planta de Gabriel de Clieu, el cultivo del café se fue esparciendo por
todo el Caribe y el resto de América convirtiéndose hacia el 1800 en un negocio
importante en el comercio mundial.